Desescalada. Esa es la palabra de moda, a nivel global, ahora que parece que la pandemia provocada por el nuevo coronavirus remite en su ritmo de contagios en buena parte del mundo. En China, donde ya se han relajado las medidas de restricción y donde incluso el epicentro de la epidemia, Wuhan, ha salido ya del confinamiento, las medidas de relajación han sido lentas y progresivas. En este artículo vamos a ofrecer una perspectiva general que, en posteriores entradas en este blog, podremos ir concretando.
Pekín rebaja su nivel de alerta.
Como hemos señalado, la vuelta a la normalidad es algo que se está produciendo de manera progresiva, tomando como base un nivel de alertas que funciona utilizando la prefectura como nivel administrativo básico. La gran noticia de esta semana en este sentido, es la reducción por parte del gobierno de la ciudad de Pekín del nivel de alerta, lo que significa una importante relajación en las restricciones al movimiento de personas para viajes desde otras zonas de China consideradas también de bajo riesgo. Esta medida, agilizará el flujo de viajeros desde y hacia Pekín, pudiendo suponer un estímulo para muchos sectores de consumo y, principalmente, para el turismo.
Caída vertiginosa de las exportaciones e importaciones.
Aunque la actividad de las fábricas ha vuelto a la normalidad en gran parte del país, provincias tradicionalmente manufactureras y exportadoras (por contar con puertos e infraestructura) como Guangdong se han encontrado con el gran escollo de un descenso brutal de la demanda a nivel internacional, provocada por la baja actividad económica en el resto del mundo. Esta realidad supone un golpe para estos sectores que se encuentran ante la llamada de volver a la producción y al mismo tiempo deben gestionar un stock sin los flujos de demanda habitual en tiempos pre-coronavirus. Un panorama difícil.
Todo esto ocurre cuando el tráfico de mercancías por mar ya no está restringido y las empresas de cargo pueden operar con normalidad, tanto dando salida como entrada a productos y materiales. A pesar de la apertura, la ya mencionada poca demanda exterior ha hecho que los beneficios para empresas de cargo hayan caído sustancialmente, y las perspectivas de recuperación aún son difíciles de prever dada la situación.
En cuanto al tráfico de mercancías aéreo, las altas tarifas que se derivan de un tráfico aéreo limitado han hecho que el cargo por ferrocarril durante el mes de abril haya visto durante estos meses un boom en valor sin apenas precedentes entre el comercio China-Europa, siendo sin duda una buena opción a considerar para nuestras empresas que tengan intereses comerciales en China.
Planes de ayuda y estímulo para sectores afectados.
En este momento, mientras muchas ciudades están trabajando en la vuelta a la normalidad tras el confinamiento, se están implantando algunos planes para estimular la actividad en sectores de la economía que se han visto afectados de manera directa por la crisis, aunque por el momento los mayores estímulos los está recibiendo el sector del turismo, obviamente dañado tras el confinamiento. Es previsible que otros sectores como el agroalimentario también sean protagonistas de medidas de estímulo, dado que si profundizamos en la contracción del 6,8% del PIB chino, del que ya hablamos en nuestro informe de situación de la semana pasada, podemos identificar una caída del 3,2% en el sector primario, un sector que -como es sabido- ocupa un lugar central en la agenda del liderazgo chino.
Como vemos, en esta entrada panorámica, China debe afrontar una compleja situación de salida de la pandemia donde se mezclan una vuelta a la normalidad con relativa rapidez con los retos que impone sus conexiones con una economía internacional al “ralentí”, y una escalada de tensión creciente con Estados Unidos de la que no sabemos todavía como afectará a las cadenas de suministro globales pero, que en cualquier caso, la evolución de lo que ocurra fuera de las fronteras chinas será crítico especialmente para aquellas provincias del gigante asiático que dependen, en buena medida, del comercio exterior.
Un artículo de: Toni Fernández Palomares