En anteriores artículos ya apunté como China comenzó 2019 sometida a importantes presiones. Las celebraciones del septuagésimo aniversario de la fundación de la República Popular China tuvieron que lidiar con distintos titulares apuntando a las revueltas en Hong Kong, la guerra comercial con Estados Unidos y la moderación del crecimiento económico.
Todo apunta a que 2020, un año importante desde la perspectiva de los objetivos simbólicos de desarrollo chino, desde Zhongnanhai no lo van a tener más fácil. Aunque Xi Jinping ha ganado tiempo con la firma de la tregua comercial con Estados Unidos y los datos de crecimiento de la economía china están dentro de los objetivos trazados, las cuestiones territoriales tanto dentro -Xinjiang, Tíbet, Hong Kong- como fuera -Taiwán- de las fronteras de la República Popular China seguirán dando quebraderos de cabeza. A estas tensiones, y otras de carácter geopolítico, hay que sumar la epidemia provocada por el coronavirus. China, según la Organización Mundial de la Salud, está realizando una gestión ejemplar de una crisis que, sin duda, tendrá un impacto de carácter social y económico en la República Popular.
En definitiva, en el año en el que China concluye su XIII Plan Quinquenal y debería alcanzar el objetivo, largamente soñado, de convertirse en una “sociedad modestamente acomodada”, el presidente Xi ha definido tres duras batallas por delante: reducción de la pobreza, control de los riesgos financieros y mejora del medio ambiente. Con este panorama, es previsible que estemos ante una década más difícil para China y, dadas las dimensiones de su economía, para el mundo.
Pero el árbol no debe ocultarnos el bosque.
El consumo sigue impulsando el crecimiento interno de la economía china y el gobierno sigue incentivando el desarrollo de determinados sectores económicos. Más allá de los rumores y pronósticos periodísticos: tan cierto es que empresas extranjeras están saliendo de China como que otras están consolidando sus posiciones en este mercado. Los directivos navarros deben considerar intensificar sus actividades en relación al Mundo Chino porque, lo que es evidente, es que las empresas de la República Popular y Taiwán están cada vez más presentes en sectores que, hasta hace poco, parecían reservados a jugadores europeos.
Mirar a China exige ver en su conjunto, pero también definir el lugar de entrada. Para muchos empresarios navarros o técnicos de las entidades de promoción, las ciudades o ferias de referencia son las de primer o segundo nivel. Ciudades como Beijing, Shanghái, Shenzhen, Guangzhou, Hangzhou, Chengdu, etc., fueron los destinos de las marcas internacionales y son las locomotoras del consumo en la República Popular pero, en ellas, se está produciendo una saturación del mercado al tiempo que las oportunidades se desplazan hacia las ciudades de tercer y cuarto nivel. Estas ciudades cuentan con un mercado de consumo con mayor crecimiento y más dinámico y donde se trasladará el campo de competencia global a lo largo de la próxima década.
Por sectores, todos los indicios apuntan a que el crecimiento se concentrará en productos y servicios orientados al consumidor -muchos de ellos disponibles a través del comercio electrónico- como por ejemplo la alimentación y bebidas, educación, el turismo -viajes y ocio-, la atención y dispositivos médicos o el sector de cuidados a mayores. Este último se espera que pase de 4 billones de RMB (5,73 billones de dólares) en 2019 a 13 billones de RMB (1,86 billones de USD) en 2020. En este caso particular, las empresas navarras del sector deben fijarse en las ciudades de nivel uno y dos. Otros sectores donde el gobierno chino fomenta la inversión y la cooperación con firmas extranjeras es todo lo relacionado con la inteligencia artificial, las ciudades inteligentes, internet de las cosas, biotecnología y materiales avanzados. Eso si, quien se adentre en estas industrias ha de tener una perspectiva estratégica y no buscar el corto plazo.
Las empresas navarras han de tener en cuenta que, aunque los motores tradicionales del crecimiento chino -inversión, exportaciones y manufacturas- se enfrentan a un proceso de ajuste, la encuesta realizada por McKinsey demuestra la confianza del consumidor chino y el incesante crecimiento del consumo en bienes y servicios relacionados con la alimentación y hábitos saludables, así como de otros relacionados con el bienestar personal.
Sin duda, se trata de una tendencia que ha llegado para quedarse de la mano de una clase media en expansión que busca del incremento de su nivel de vida. Las empresas navarras tienen aquí buenas oportunidades pero deberán afrontar la competencia de la mayor calidad de los productos chinos y del incremento de apoyo del consumidor a las empresas nacionales en la medida que estas mejoran su oferta.
En definitiva, y aunque es probable que 2020 no esté exento de riesgos políticos y sorpresas regulatorias, las empresas navarras podrán seguir encontrando buenas oportunidades de negocio en la República Popular y quizás, en función de su tamaño y sector de actividad, todavía más oportunidades en el actor que se está beneficiando de las rivalidades entre Beijing con Washington: Taiwán.
Un artículo de: Andrés Herrera-Feligreras